Fue admitida la apelación que han interpuesto mis abogados contra la absurda, maliciosa e infundada Resolución de los jueces de la Cámara Oral en lo Criminal, María Alejandra Vila y Jorge Daniel Yance, quienes tienen la clara intención de condenarme por haber criticado, en mi rol de periodista, el desempeño de un funcionario público, un hombre de la política.
La resolución de los jueces de la Cámara Oral es a todas luces cancelatoria, censora, persecutoria y aleccionadora, representa un claro mensaje a quienes nos atrevemos a hablar en contra del poder político, aquel poder que los colocó en sus cómodos sillones, en su lugar de privilegio.
Los detentores de turno del poder político hoy nos persiguen, al igual que nos han perseguido quienes estaban antes. Ese es el precio de no callar, de no ceder frente a las presiones.
Hoy, a la espera de que los vocales del Tribunal Superior de Justicia de la provincia de Santa Cruz declaren admisible y se avoquen al tratamiento del recurso incoado, quisiera compartir con ustedes algunas reflexiones vinculadas a la libertad de prensa, ese derecho que los magistrados de nuestra ciudad han colocado en jaque.
La libertad de prensa es el derecho que tienen todos los medios de comunicación de investigar y mantener informada a la sociedad en general sobre los hechos y acontecimientos que suceden en el día a día, sin que, por ello, puedan ser víctimas de censura, acoso, hostigamiento o algún tipo de coacción durante el ejercicio de su profesión.
A nivel regional las Organizaciones de Derechos Humanos han mostrado una histórica preocupación por este derecho, íntimamente vinculado a otras libertades como ser las de pensamiento y expresión.
En el mes de mayo del año 1994 la Organización de las Naciones Unidas (ONU), sancionaba la Declaración de Santiago, la cual postuló que:
La libertad de expresión es la piedra angular de nuestras democracias. La democracia es indispensable para la paz y el desarrollo (…) La libertad de prensa es una parte clave e indivisible de la libertad de expresión.
Por otra parte, en su Principio 2, sostuvo que …todos los Estados de la región deben ser incentivados a otorgar garantías constitucionales de libertad de expresión y de libertad de prensa…
También se condenó enérgicamente el hecho de que los periodistas, editores y radiodifusores (…) sufrieran presiones políticas y económicas, tales como la censura.
En dicha Declaración se planteó el desarrollo de una prensa libre, independiente y pluralista como elemento esencial para el desarrollo y mantenimiento de la democracia.
Asimismo, se expresó, de manera tajante, que el concepto de prensa independiente debe ser entendido como una prensa autónoma, donde los poderes públicos no tengan ninguna participación ni control, ya sea de índole económico o político.
En mayo de este año se cumplieron 30 años del nacimiento de la Declaración de Santiago y en conmemoración al Día Mundial de la Libertad de Prensa, las organizaciones de derechos humanos ratificaron estos principios, solicitando a los Estados:
Evitar estigmatizar el trabajo periodístico en sus roles democráticos ligados a transmisión de noticias, vigilancia sobre funcionarios electos, tolerancia ante las opiniones disidentes y la construcción de consensos, como así también Apoyar la sostenibilidad de los medios de comunicación y del periodismo independiente, como actores que favorecen la existencia de un régimen democrático y, en particular, de una esfera pública en la que la ciudadanía vigila los asuntos de interés público, debate ideas diversas y construye consensos.
Y en relación a la utilización maliciosa de la Administración de Justicia como herramienta de coacción la ONU instó a los Estados a “…desalentar los llamados litigios estratégicos contra la participación pública que sólo buscan intimidar y silenciar voces críticas, de periodistas, y desactivar prácticas que mantienen censura directa o indirecta en contra de medios y periodistas…” (REPETIR).
Así, en la Declaración de Santiago + 30 del año 2024 se instó a los medios de comunicación y el periodismo a MANTENER LA INDEPENDENCIA ANTE LAS PRESIONES POLÍTICAS (…) ASÍ COMO RESISTIR A LA CENSURA, LA AUTOCENSURA Y LA INFLUENCIA INDEBIDA. SOSTENER SU COMPROMISO CON LA BÚSQUEDA DE LA VERDAD, LA CALIDAD, LA TRANSPARENCIA Y EL INTERÉS PÚBLICO…
Esos son los principios que nos guían como periodistas comprometidos con nuestra labor.
Quiero finalizar la editorial de hoy con una breve frase que fue el slogan utilizado en el Día Mundial de la Libertad de Prensa del año pasado: “Todo va bien”, porque si todo está bien en las noticias, entonces algo va mal en el periodismo y cuando algo va mal en el periodismo, no podemos proteger los derechos humanos.