La campaña electoral a 36 días del 11 de agosto, nos está saliendo más cara de lo que cualquiera hubiera imaginado, si bien, el ajuste feroz, el congelamiento de jubilaciones y salarios, le permitió al gobierno de Kirchner, seguir haciendo plazos fijos y manejar el ridículo fondo acopiar unirse, lo que ocurrió en Puerto San Julián, seguramente podría encabezar el manual del estropicio y la locura de manejarse con la máxima impunidad.
Según se supo, para hacer promesas, pocos anuncios, de obras que son tan lógicas como inherentes a la gestión de gobierno y que no necesitan ni un acto, con himno nacional, ni palco de aplaudidores, se armó un circo de proporciones, para justificar un acto político para la militancia rentada de la localidad, que a juzgar por las fotos, la relación habitantes y la cantidad de presentes, dio la pauta, que solo había punteros, cargos políticos y alcahuetes de organismo provinciales.
Con vehículos, gastos de movilidad, viáticos y parafernalia oficial, estuvieron presentes entre otros, el vicegobernador, (candidato a beca de diputado nacional) los ministros de Gobierno, de Economía, Desarrollo Social, de Salud (casualmente candidatos a beca de diputados provinciales) estuvo presente el ministros de la NO Producción, (hasta ahora quedaría desocupado y sin poder manejar su negocio con contratos de gobierno) Ministro secretaría General, el ministerio del no NO Trabajo (otro que se ofrece hasta para cadete) Quien destruyó la Educación en la provincia como titular, y aunque no se dio por enterado por el corte de luz, de casi medio día en varias zonas de la ciudad, estaba, el patrón de estancia de Servicios Públicos.
Increíblemente y cuando nada tenía que hacer, estuvo presente el titular de Vialidad Provincial, y también el titular del instituto que antes construía casas y ahora organiza recitales gratuitos -que todos pagamos- para presentar un galpón de chapa, cartón y vidrio.
Y cerrando la grilla, muchos más funcionarios provinciales y legisladores, que omitiré detallarlos, porque solo generaría, desprecio, por tanto capricho y desgobierno.
Aquí aplicaría, perfectamente, esta es la campaña del Alicia Kirchner y el ex fpv y ex pj, realizado con la nuestra, nadie opina que no debe usar resortes del poder, pero el decoro político, debería ser un norte, si es que como dice, que todo lo hizo con trabajo y austeridad.
Si es que hubo tal rigidez de los recursos, realmente habría sido con su billetera, porque la de todos los santacruceños, la está usando y sin ningún miramiento, ni control republicano.
Así no hay igualdad, ante la oposición o los candidatos a gobernador, que deben remar con la de ellos, para salir a contar que quieren ofrecer, en este caso Alicia Kirchner, hace campaña con la nuestra, con la de todos, no solo que no es justo, sino que es inmoral, aunque claramente, me doy cuenta, que pedir algo que nunca existió, es un bobería de mi parte. Reclamar moral.
Pero revela, enoja, que haya tanta discrecionalidad y se dilapiden cientos de miles de pesos, en forma caprichosa e irracional, Santa Cruz claramente que no somos todos, de un lado está el ex fpv, y del otro están los que piensan diferente, pero al menos, debería haber un mínimo de respeto, por el otro, que aunque suene extraño, marcaria al menos un poco de honor político, y de respecto a la institución democrática.
No tiene mucho sentido, hablar, si, la oposición no ajusta su discurso y potencia su propuesta, es momento clave en la historia santacruceña, o se rompe la hegemonía o el tiempo por venir, serán tumultuosos y desgraciados para miles de pibes, viejos y jóvenes, sin esperanza, ni futuro.
La majada ovejuna, debe (o debería) reaccionar, con solo contar los miles que han sido humillados, dejados de lado, con aquellos que perdieron algún ser querido esperando un especialista o una derivación, a los que están todavía esperando que les cumplan las promesas repetidas hace décadas, el cordero de la provincia debe reaccionar.
A veces me pregunto, porque? Para qué? A quién le importa? Si la majada termina, adorando al cajero una vez por mes…
Hace ya un tiempo, que digo, que los fines de semana, son una simulación de tormento, por la ausencia de actividad útil, según entiendo yo, me abruma, me devora, me encierra, amén del frío.
Si bien es casi una obligación el aseo de la cueva, la soledad siempre termina desesperando.
Y casi como un ejercicio único, la mente se desenfrena, y comienza a pensar sobre cosas perdidas, los fantasmas de los pocos años que quedan, de los muertos queridos y por último, casi como una obligación, tratar de ver cómo salir de este letargo ovejuno santacruceño.
Si hay un especialista, en repensar sobre el tiempo que resta vivir, es sin duda el filósofo Santiago Kovadloff, que escribe:
”La distinción no siempre clara, entre semana de actividad, de trabajo, y el fin de semana, aspira a diferenciar y contraponer las imposiciones de lo obligatorio, a las libertades de lo satisfactorio, propias del sábado y del clásico domingo”.
“En estos últimos dos (sábados y domingos), se presume, no reina la rutina, desconociendo que, a veces y por eso, se vuelven más inquietantes que los cinco días usuales de trabajo”.
Ello se debe a que la libertad de que se dispone en buena parte de esas cuarenta y ocho horas deja aflorar, cuando menos se lo espera, la evidencia de que no se sabe qué hacer con el tiempo supuestamente libre.
Resalta, entonces, la evidencia de un vacío afectivo, la ausencia de un proyecto personal o sencillamente, de un entretenimiento capaz de absorberlos por un buen rato y atenuar la extrañeza de ser nosotros mismos que nos acostamos en horas como esas.
En momentos así, nos apremia el secreto anhelo de volver rápidamente al lunes y que sus exigencias nos pongan a resguardo de ese desconocido súbito que somos y que nos asalta al creer que disponemos de nuestro tiempo y que no sabemos qué hacer con el.
Durante varias décadas, Santa Cruz, la Argentina desconoció la rutina del estancamiento y la reiteración de sus males pasados.
Fueron años de crecimiento, porque lo fueron de aprendizaje y aptitud para la innovación. Pero los dejamos pasar, no le dimos la importancia que tenía, y los años pasaron, el tiempo pasó.
Hace mucho que ya no es así, que Río Gallegos, Santa Cruz, la Argentina, se convirtió en previsible, en el peor sentido de la palabra. Cerrada a los desafíos del desarrollo y el crecimiento. La educación, el conocimiento es relegado a un segundo plano, la avidez por consumir, es lo que prima.
Somos incapaces de capitalizar desaciertos. Errores de toda índole: el impuesto por su pésima práctica política. Por la corrupción sin freno. Por el humillación más honda. Por la justicia mancillada. Por su atrofia estatal Por la pobreza incesante.
En suma: por el fracaso convertido en rutina en tanto órdenes como los que han hecho de nosotros una ciudad, una provincia, en síntesis un país decadente. No obstante, errores históricos como los que nos han precipitado en la desgracia, no son irreversibles.
El voto, por caso es una herramienta insustituible, nos permite premiar, castigar o coronar a los dirigentes, por más ley de lemas que haya, por más colectoras que se sumen, si sigue el mismo régimen de las últimas décadas en Santa Cruz, la suerte del santacruceño medio estará echada, por inyección de populismo que venga, no habrá cambio, por el contrario se irán agravando cada vez más…
La década del ochenta en la provincia, ahora parece ser la de oro, frente al desatino que nos gobernó entre el ex fpv y el ex pj, involucionamos, estamos retrocediendo, en calidad de vida, cada año que pasa, sin proyectos, sin ideales, sin democracia plena, aquí se añora la república.
Pero superar, esta postración, exige la práctica sostenida de otra rutina que la que condujo a ellos. Así como el mal se incuba largamente antes de irrumpir en forma terminal, de igual modo los aciertos políticos que remedian a una provincia, a una nación deben empezar por ser embrionarios, parciales para luego pasar a ser abarcadores y sostenidos en el tiempo. Tiempo que será nuevo.
¿Hay como dicen una semilla sembrada apta para quebrar la cruel monotonía del fracaso y la corrupción? ¿Quién puede confirmarlo? ¿Quién puede renunciar a creerlo si aspira a que la democracia republicana sea entre nosotros, alguna vez, una sana costumbre?
No, de ninguna manera, renunciare a vivir mejor, a poder pensar distinto y poder decirlo, a buscar consensos, a explorar la racionalidad de los políticos, cualquiera sea su color. Pero básicamente comprometerse a borrar la corrupción, como forma de gestión..
Hace décadas, perdí la cuenta, me despedía de la tv y ahora en la radio, al decir que este último programa había sido único e irrepetible, y que nadie se sabe, si uno ha de volver.
Desde siempre me atrajo la cautela implícita en el giro «Si Dios quiere». Recurrentemente en boca de tantos y no solo de los creyentes, nos recuerda que las aspiraciones del deseo, no revisten valor de certeza y que en todo, hay margen para la irrupción de lo que puede desmentirlo; de lo súbito, de lo inesperado y aún de lo ingrato.
Nadie, absolutamente ninguno, puede asegurar que ocurrirá mañana, por eso tal vez, sea una condición de culto, rendir honor, cada vez que se termina un programa, podemos cambiar la realidad, si hay voluntad de hacer de Santa Cruz, una provincia con futuro…
Que Dios nos ayude…