“¡Paren la inflación!”

 “¡Paren la inflación!”

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Los gobernadores anti inflación y la interna también se mete con Gabriel Boric

Mandatarios oficialistas reclaman por los precios. El presidente chileno, con agenda variada por la puja en el Frente de Todos.

Gobernadores: “¡Paren la inflación!”

El argumento de los 11 gobernadores que se fueron a tomar un café a la sede del CFI el miércoles, después de la cita con Juan Manzur y Wado de Pedro para respaldar al Gobierno en la puja contra Larreta en la Corte, se centró en una sola coincidencia: bajar la inflación es lo único que puede volver competitivo al peronismo en 2023. Las otras consignas fueron complementarias:

– Nosotros no gobernamos, gobiernan ellos.

– ¿Necesitan apoyo político? Acá lo tienen.

– Pero que Cristina y Alberto dejen de pelearse.

– Sabemos que hay indicadores que mejoran empleo, actividad, pero la gente no se entera. Salimos a la calle y la gente nos putea: voy a la góndola y eso no se nota.

– Les firmamos la carta a la Corte. Pero ustedes gobiernen.

– Queremos que haya un plan anti-inflacionario en serio. Es lo único que nos puede hacer llegar al 2023 con capacidad de pelear.

Estaban, entre esos 11, todos los que debían estar:

– Kicillof, que administra el ogro filantrópico de Buenos Aires y tiene llegada al cristinismo sin Cristina.

– Alicia Kirchner, Santa Cruz, que es familia y va a contar por allá todo lo que escuche. “Creían que me venía para abajo, pero estoy mejor que ustedes”, mirando al chubutense Mariano Arcioni, en crisis perpetua.

– Osvaldo Jaldo, Tucumán, correa de transmisión, con lealtad a la carta, con Juan Manzur.

– Omar Perotti, Santa Fe, con el tercer distrito más grande y en busca, como tantos, de una reforma que le permita una reelección.

– Jorge Capitanich, Chaco, que insiste en la necesidad de armar algo institucional, que hasta ahora Alberto y Cristina han rechazado. “Acá hay que tener primero un plan, después el equipo y al final un liderazgo. Nos va mal porque hacemos todo al revés. Primero decidimos un liderazgo, ese líder trae gente que administra como puede, porque al final no hay plan.”

– Gerardo Zamora, Santiago del Estero, que funge como el más peronista de los radicales y que sostiene la arquitectura de Cristina en el Senado, con sus senadores. Uno de ellos es su esposa, Claudia Abdala, con quien la vicepresidente mortifica y humilla a los peronistas. Es presidente provisional del Senado sin chapa peronista. Crueldades cristinistas.

De cargos, ni hablar

Completaron la nómina Sergio Ziliotto, Ricardo Quintela, Gildo Insfrán, Raúl Jalil. Ausencias, las esperables: Juan Schiaretti y Alberto Rodríguez Saá, dos hombres fuertes con juego propio. Con este lote, es imposible pensar en una conspiración. Sí en un llamado de atención a Olivos. Ninguno de ellos habló de cambios en el gabinete. “Queremos estar lo más lejos de cualquier despacho o de cualquier cargo”, reían cuando acordaban mantener el encuentro en secreto y la esperable suspicacia de quienes verían en una foto el comienzo de una conspiración.

Este gesto colectivo de la Liga de Gobernadores la acerca del estado líquido al estado sólido. El peronismo es una liga de gobernadores que en 2001 jugó como Frente Federal y en 2003 puso de presidente a uno de sus integrantes. Néstor Kirchner, de él se trata, saltó el cerco y se abrazó al adversario contra el que se había creado Liga: Eduardo Duhalde.

Ahora firmaron la nota a la Corte en favor del Gobierno en la puja por los fondos de la CABA, como un gesto obvio en defensa propia. Pero saben que esa carta no tiene efecto procesal alguno. Es la razón por la que reclaman algo más a cambio.

Aliento en la nuca

En este entuerto, el Gobierno se mueve como si esperase una sentencia en favor de Larreta. Quizás una admisión del amparo con interrupción de las quitas, cuando se cumplan los 30 días que les dio a las partes para que negociasen un acuerdo. La Corte no tiene mucho margen para hacerlo, porque el recorte de esos fondos, según un experto como Antonio María Hernández, desconoce el federalismo de concertación incorporado en la Reforma de 1994, ya que siempre se requiere en esta materia el acuerdo de la Provincia o de la CABA, tanto para la coparticipación impositiva como para la transferencia de competencias, servicios o funciones.

Esto no fue respetado, según Hernández, tampoco por Macri. Pero no justifica el método para revertirlo. “No se puede continuar –dice este jurista- con las detracciones a la masa coparticipable ni por DNU ni tampoco por ley. Lo dice la Constitución, que siempre requiere la aquiescencia de la Provincia. Es lo que dijo la Corte en los reclamos de las Provincias de San Luis, Santa Fe y Córdoba, en 2015”.

Otra derrota cultural

La sede del CFI mueve a la inspiración. Es donde se escuchó por primera vez, en 2001, la palabra “pesificación” -fue en boca de José Manuel de la Sota-. Y en donde la liga de gobernadores peronistas urdió el desmoronamiento del gobierno de la Alianza, pidiendo el corralito.

En otra cumbre bisagra, Juan Manzur llegó a reunir a más de una decena de mandatarios en 2018 bajo el lema “El de Cristina es un ciclo político que está concluido”. Ahora ha sido cenáculo de un mensaje frío para el Gobierno. Le firmamos el reclamo a la Corte para que sostenga el recorte de los fondos a la Ciudad, pero hagan algo para llegar a 2023 con alguna chance de ganar.

Los 11 gobernadores se enfilaron detrás de una coincidencia novedosa en el oficialismo: paren la inflación. Esta palabra ha estado ausente de la lexicografía del cristinismo hasta 2015. Que el peronismo la haya incorporado es otro costado de su derrota cultural ante la oposición. Luchar contra la inflación ha sido hasta ahora, una bandera de la derecha, la derecha es Macri, entonces no se habla de la inflación. 

Este nuevo ciclo del oficialismo debutó con la derrota cultural que ha sido el abrazo al acuerdo con el FMI. Sigue con el descubrimiento de Alberto de que su problema es la inflación, lema que lo separa más del cristinismo. Bajar la inflación es bajar el gasto, bajar subsidios y entrar en el camino negro del ajuste. La lección de Durán Barba era “gobierno que ajusta se cae”. Por eso Macri no ajustó de entrada y ganó en 2017. Y cuando ajustó, perdió. Ocurre que se ajusta por necesidad, no por placer.

Desprolijidades

Habrá tumulto de Puerta 12 con el cruce de delegaciones ante las múltiples ventanillas de este gobierno. La misión chilena debe respetar el cisma del oficialismo y será recibida en cuotas. Por un lado, Cristina y Massa en el Congreso. Después le toca Alberto a Gabriel Boric en el CCK con música y ojo de bife. Podrá preguntar dónde está la oposición, que no figura en ninguna de las actividades de la agenda oficial.

La Cancillería invitó a gobernadores y jefes legislativos de Cambiemos, que se conciliaron por whatsapp durante el fin de semana para no estar en esa cena. Habrá gobernadores de provincias limítrofes, pero tampoco estará Horacio Rodríguez Larreta que debería, en tiempos normales, entregar las llaves de la Ciudad, que las tiene todas él, aseguradas como nadie.

Como hay varios gobiernos en uno solo, tampoco hay uniformidad en el protocolo. No figuran anteriores embajadores en Chile como Ginés González García -autor de la plataforma electoral del Frente de Todos en 2019- o José Octavio Bordón, que es presidente del CARI, el think tank más importante del continente en materia de relaciones exteriores. Ha estado en reuniones del gobierno, pero tampoco había recibido hasta el domingo participación para esta boda.

Diplomacia paralela

Tampoco está incluido Jorge Faurie, ex canciller, que tuvo destino en Chile en tiempos clave de la transición de ese país a la democracia. No es poco lo que le debe la democracia de Chile a los partidos políticos argentinos, que auspiciaron a dirigentes de ese país en su lucha contra la dictadura de Pinochet. El auditor Jesús Rodríguez cuenta mucho de eso en el libro “El Caso Chile. La Guerra Fría y la influencia argentina en la transición democrática” (2011).

La oposición de Cambiemos ensaya otros caminos. El jueves de esta semana, habrá una cumbre virtual entre legisladores de los dos países y constituyentes chilenos, sobre el conflicto a raíz del reconocimiento por parte de funcionarios chilenos de la existencia de “Wallmapu”, una región imaginaria y sagrada que los activistas soberanistas declaman como propia. Incluye varias provincias de Chile y de la Argentina.

Ese reconocimiento crea precedentes contra los estados de los dos países, y puede agravar conflictos que suelen ser violentos a los dos lados de la frontera. Miguel Pichetto estuvo en Viedma el fin de semana organizando una campaña de aclaración sobre estos reclamos. Por el radicalismo, el responsable de la cumbre binacional del jueves es el ex diputado Gustavo Menna (Chubut). Es el autor, junto a Mario Negri, del amparo contra el DNU 805 que prorrogó la ley 26.120, que establece las condiciones para el reconocimiento, o no, de tierras por parte de comunidades originarias.

Un regalo póstumo a Piñera

En el programa de la cena está prevista la actuación del grupo Inti Illimani, que se hizo célebre por su versión -y autoría- de “El pueblo unido jamás será vencido”. Lo corearán todos los asistentes de la cena en el CCK, conscientes de que, para uno, el pueblo es una cosa distinta a la de los demás –si este no es pueblo, cree cada uno por las suyas, el pueblo dónde está-.

La elasticidad de la diplomacia tampoco sorprenderá a nadie. Este gobierno, que presume de tercerismo a ultranza, viene de darle en noviembre pasado el voto a Chile para que ex canciller de Sebastián Piñera, Andrés Allamand, fuera designado como secretario General Iberoamericano, que administra desde Madrid la llamada Comunidad Iberoamericana de Naciones, un pergeño de la corona española para enlazar a los países de la región. Organiza la Cumbre Iberoamericana de mandatarios.

El cargo fue decidido en la cumbre de República Dominicana, pocas semanas antes del cambio de gobierno en Chile, y se logró con el voto argentino y de los demás países. Acá pasó inadvertido y nadie chistó. En Chile hizo ruido y le costó a Allamand la renuncia, pocas semanas antes de que Piñera dejase el gobierno. Sucede en ese cargo a dos estrellas, como Enrique Iglesias, ex canciller del Uruguay, y la costarricense Rebeca Grynspan, que saltó a otra canonjía premium, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad).

En el fondo, es un reconocimiento a este chileno que fue argentino por un día. Integró el equipo de los Pumas, y sostiene que esa experiencia de camaradería de vestuario en la adolescencia imprime carácter. Allamand jugó en 1982 en Sudáfrica con el equipo que le ganó a los Springboks, seleccionado de aquel país, con los tantos de Hugo Porta. Aquel equipo Puma no podía representar a la Argentina, porque el país apoyaba el bloqueo al apartheid, y por eso buscó una integración regional con invitados de países vecinos. Allamand nunca ha olvidado la fecha del triunfo ante los sudafricanos: ocurrió el 3 de abril de 1982, horas después del desembarco militar en Malvinas.

El chino de la papa busca votos.

Con el mismo tino diplomático, un grupo de funcionarios y gobernadores se entrevistarán este lunes, en un aparte de los enredos de agenda por la visita de Boric, al director general de la FAO, el chino Qu Dongyu, que recorre la región juntando votos para que lo reelijan en ese cargo, que es más importante que muchas dignidades presidenciales. El Sr. Qu Dongyu, un experto en genética de la papa –la que se come, claro-, figura este lunes en la agenda de Julián Domínguez, ministro agrario, y algunos gobernadores como Perotti y Capitanich. Le tomarán examen de afinidades, para sugerirle a la Cancillería la conveniencia o no de apoyarlo para el nuevo mandato.

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