Se termina Noticias en la Red, por Radio News…
Cuando se escuchen los ruidos de las copas en esa frontera del último instante del 2019 y el primer segundo de 2020, la Argentina consagrará un enorme fracaso: en los 19 años que transcurrieron desde el inicio del siglo, sólo dos de cada 10 días el país no vivió en emergencia.
Abundando en detalles escribió el periodista Diego Cabot, -el mentor de la causa de los cuadernos de las coimas k, que en poco tiempo será olvido…- solo para terminar de afinar números: la Argentina vivió con leyes de excepción o emergencia, desde el 6 de enero de 2002 hasta el 1° de enero de 2018. Entonces transcurrieron 5.839 días con un sistema de delegaciones de facultades del Poder Legislativo al Poder Ejecutivo.
Las consecuencias de estos disparates, –están a la vista en Argentina, y también en Santa Cruz, de semejante situación, que no son solo políticas, sino más bien económicas.
Hay varios estudios académicos, que dan cuenta de que los estados que mantienen una legislación estable y uniforme, en períodos largos crecen más que los que mantienen este tipo de normativas de excepción.
Por tanto, la política, el diálogo y el consenso se rindieron en ocho de cada 10 días desde que empezó el siglo XXI en la Argentina…
En un texto, denominado “La fisonomía del poder”, el escritor e intelectual Natalio Botana, aborda el devenir de la Argentina, que entre otras ideas dice. Habrá que ver si, dentro del peronismo gobernante, los mecanismos de acción y reacción van estableciendo restricciones a la convocatoria en pos de la unidad declamada por el Presidente, en su primer discurso en la asamblea legislativa.
Por lo pronto, esos límites se irán trazando en dos campos: el de la constitución económica de la democracia y el de la constitución moral de la república.
Por fin, las incógnitas acerca de la constitución moral de la república son tan persistentes como la plasticidad de la administración de justicia para acomodarse al nuevo tiempo político.
Estos acomodamientos, sin ser afortunadamente homogéneos, no disipan el interrogante de saber si el proyecto de reforma judicial que el Gobierno nacional está elaborando no será contaminado por la impunidad que sobrevuela los procesos en curso (algunos ya con doble sentencia).
Tal vez sea este el desafío mayor al temple ético del nuevo Gobierno Nacional, no perderé un segundo en hablar del re elegido gobierno de Santa Cruz, porque justo cuando hablamos de superar la grieta estaríamos cavando otra no menos divisoria con eso nuevo de dos bandos a punto de ebullición: para unos los procesos judiciales en curso son el producto necesario de un sistema de corrupción entre agentes estatales y privados que se habría montado a lo largo de los gobiernos kirchneristas y cristinistas y para otros sencillamente un invento de los medios concentrados.
Los procesados por delitos comunes de asociación ilícita o de cohecho se convierten de este modo en presos políticos, víctimas inocentes sujetas previamente a persecución y venganza.
En ese choque de visiones irreductibles la administración de justicia sufrirá otro daño tanto más trascendente que los anteriores. Despojados de su papel de árbitros legítimos, no contaremos más con tribunales de carácter neutral pues, según ambas visiones en pugna, los estrados judiciales serían un mascarón de proa al servicio del poder de turno.
Este es el posible panorama derivado de un relato en curso que, deseamos fervientemente, no llegue a mayores. No vaya a ser que, tras el generoso ideario de un nuevo contrato social, del pdte AF, se esconda un fabuloso pacto de impunidad.
Hoy, último programa de Noticias en la Red, daré rienda suelta, a mi natural pesimismo, no pediré disculpas, así vivo y pienso. No digo que se la verdad, es tan solo la mía,por ello, solo advierto, al ocasional oyente.
Sé que para el caso, como me dejo escrito, de puño y letra, Isabel hace décadas, y que lo conservo como, recordatorio de lo que soy: “un pesimista, es sólo un optimista, bien informado, según la versión de Mario Benedetti” Es lo más acertado a lo que realmente me parezco…
El filósofo Fernando Savater, al que suelo volver cada tanto, escribió lo que él llama, el retrato de un hombre solo, que no quiere la vida ni espera la muerte.
…ya se sabe que la tristeza puede adquirir el color de la risa mientras resuenan de fondo los ecos del llanto. Un llanto que, para el prolífico filósofo, no se apaga desde que su mujer, Sara Torres, fuese diagnosticada de un tumor cerebral que acabó con su vida, tras nueve meses de infierno, el 18 de marzo de 2015. “yo escribía para que ella me quisiera más, ahora ya no tiene sentido”, dice sin drama Savater. Es difícil imaginar un final literario más rotundo.
¿Qué pasa cuando se ha perdido la alegría vital y no se tiene especial simpatía por la muerte? Yo creía ingenuamente que eran vasos comunicantes. Que si subían las ganas de vivir bajaban las de morir y viceversa.
Pero no. Puedes tener muy pocas ganas de vivir y de morir. Afirma Fernando Savater, que de alguna manera me hace pensar en el increíble e inolvidable Ernesto Sábato.
La muerte es una cosa tan opuesta a la vida que no está en una relación directa con ella. De pena no se muere uno, de pena se vive. Uno cree que la tristeza mata, pero te hace vivir… triste. Pero, por otra parte, trae una buena noticia: el amor, como premisa trascendente de la vida, existe.
Según Savater, existe esa idea preconcebida de “haga luto y supérelo”, de “el tiempo lo cura todo”. Usted se da cuenta que nada más lejos de la realidad. En ningún momento he pensado que con el tiempo se me pudiera pasar…termina Fernando Savater…
Claro, se escucha casi a menudo, “Mañana será otro día. El año que viene quizás sea otro, diferente…“La muerte no nos roba los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo. La vida sí que nos los roba muchas veces y definitivamente.”
Se habrá dado cuenta el oyente, si es cierto que los hay del otro lado de la radio, en este último programa de Noticias en la Red, por Radio News, hablaré poco de política…¿Por qué, para sirve hacerlo?
Escribió Domingo Faustino Sarmiento…“La ignorancia es atrevida. / Puede juzgarse el grado de civilización de un pueblo por la posición social de la mujer.
/ El buen salario, la comida abundante, el buen vestir y la libertad educan a un adulto como la escuela a un niño. / Hombre, pueblo, Nación, Estado, todo: todo está en los humildes bancos de la escuela. / Fui nombrado presidente de la República, y no de mis amigos”.
Dejó Sarmiento escrito como testamento político: “…sin fortuna que nunca codicie, porque era bagaje pesado para la incesante pugna, espero una buena muerte corporal, pues la que me vendrá en política es la que yo esperé y no deseé mejor que dejar por herencia millones en mejores condiciones intelectuales, tranquilizado nuestro país, aseguradas las instituciones y surcado de vías férreas el territorio, como cubierto de vapores los ríos, para que todos participen del festín de la vida, del que yo gocé sólo a hurtadillas”.
No es política, ni es economía, pero despedimos el año, con una de las grandes mentiras electorales jamás vista…
El ajuste salvaje que AF ordenó –con la cobertura de una falsa ley de solidaria compulsiva- sobre el campo, los jubilados y la clase media desarrollada, -fue saludado con euforia por los mercados nacionales y del exterior- porque se han dado cuenta que todo el impuestazo, tiene por objeto pagar la deuda externa, que se negaba en campaña.
El saqueo de estos días, operado bajo la falsedad, genéricamente sobre el 41% que votó contra CF, se está llevando a cabo bajo la bandera de la «solidaridad» que no es tal si es compulsiva y abusiva…
Hoy es el último programa, de Noticias en la Red, porque hablar de economía y política, si nada podemos solucionar. ¿Porque entonces no pensar un poco en voz, alta, total, no son muchos los escuchan estas alucinaciones personales…?
Me estoy dando cuenta, que cada vez, ocupa más tiempo a leer, ya no libros, la avidez por el conocimiento general, me hace devorar todo tipo de textos, hasta a veces abrevar en el espectáculo, en la ciencia médica, que no comprendo nada, o hasta en el saber filosófico…
Uno de esos escritos, denominado, La conjura de los necios, parafraseando a John Kennedy Toole que título a su única novela, ganadora del Premio Pulitzer, de esa manera y que Omar Argüello miembro de club político argentino, utiliza para hablar de los que nos pasa…
La sociedad argentina involuciona en lo económico y lo social desde hace décadas, pese a contar con recursos materiales y culturales favorables. Las interpretaciones dadas por argentinos son variadas, pero ninguno se siente responsable.
La preferida apunta a que los males vienen de afuera, pese a que nuestros mejores momentos económicos se relacionan con hechos externos: intercambios agropecuarios con Inglaterra que en los inicios del siglo XX nos ubicaron entre las primeras potencias económicas mundiales, y la Segunda Guerra Mundial, que nos obligó a la sustitución de importaciones.
Una interpretación diferente coincide con la respuesta que dio Fernando Henrique Cardoso a la pregunta “¿a qué debemos temer en la Argentina?”, cuando afirmó: “A ustedes mismos”. Y para iniciar esa interpretación diferente se necesita una idea aproximada sobre la “sociedad”.
Son muchos los conceptos elaborados para hablar de ella, pero para este análisis bastan las nociones de Adorno, quien destaca que si bien la base de toda sociedad es la existencia de un conglomerado humano, para que ella exista realmente es imprescindible que haya interacción entre esas personas,…
…interacción que puede darse con una visión de intereses antagónicos (sálvese quien pueda) o asociando el destino de cada uno al de los demás (lo que la sociología llamó “cohesión social”).
La falta de esa cohesión lleva a diferentes formas de fracaso como sociedad: ya sea una anomia generalizada, ya la incapacidad de generar el proceso productivo necesario para atender el bienestar general. Incapacidad que se ve favorecida cuando a las conductas individuales se suma la acción de grupos que, ya sea por privilegiar sus intereses sectoriales o por anteponer sus postulados ideológicos, se oponen a cursos de acción que buscan crear las condiciones para producir la riqueza que atenderá las demandas de todos los ciudadanos. Acciones que, por intereses o ideales contrapuestos, se convierten en lo que el joven John Kennedy Toole definió como “la conjura de los necios”, al dar ese título a su única novela, merecedora del Premio Pulitzer. (De las varias acepciones de “necio”, aquí se utiliza “terco y porfiado en lo que hace o dice”).
Complot que se alimenta de la falta de un verdadero desarrollo económico, a la vez que influye en que ese desarrollo siga sin alcanzarse. Una dialéctica que hace tiempo terminó con la cohesión social de nuestra sociedad.
Tal vez sea momento, finalmente, de hablar de la doble moral política, que tiene la dirigencia local, sus adherentes y también sus simpatizantes rentados, que no pueden exhibir en su haber lo que es el término lealtad o fidelidad de ideas, aquí tanto en ciudad gótica, como en el resto de la provincia, solo hay oportunismo, garrochismo panquequismo, o como les plazca mencionar…
La pruebas, son sobradas, tanto en el rango de burócratas provinciales, hasta los simple acumula papeles de la administración central o municipal, no hay premio al estudio, al título o al profesionalismo, solo a quien más genuflexo es, o por la “militancia” ya sea pega carteles, toca bombo o mano de obra sucia para cualquier tarea que el soviet político ordene…
Tanto en ciudad gótica, Río Gallegos, como en Santa Cruz, los políticos hace al menos 40 años vienen hablando de cambios, de producción y generación de puestos de trabajo, a días de la llegada del 2020, me doy cuenta que seguimos dando vueltas en círculo perverso y hablando de lo mismo, todo fracaso.
Este último programa de Noticias en la Red por Radio News, se termina de la misma forma que comenzó hace décadas. Todo sigue igual, nada ha cambiado en Santa Cruz, la esperanza, no es un activo transable, se tiene y se pierde. Yo la perdí.
Que Dios nos ayude….