Todo es de difícil cumplimiento, cualquiera sea el que asuma el 10 de diciembre…

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Las proyecciones del Fondo Monetario Internacional de la evolución de la economía argentina para el año próximo son duras de digerir: la actividad se va a desplomar 1,3%, número que se modifica desde la anterior proyección, apenas tres meses atrás, que aún marcaba un optimista repunte de 2,2%.

Para la inflación, peor aún: el FMI prevé que el IPC va a subir el año próximo hasta 39,2%, de acuerdo al pronóstico anual a diciembre de 2020, tras cerrar este año en aproximadamente 57%, según las previsiones del FMI actualizadas y volcadas en el Panorama Económico Mundial (WEO, por sus siglas en inglés) difundidas en Washington, en el comienzo de su Asamblea Anual.

Estas previsiones se conocieron previo a los encuentros que el equipo económico, liderados por el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, y el presidente del Banco Central, Guido Sandleris, que fueron a mantener en Washington con funcionarios del FMI y que culminan este viernes.

Además de los encuentros a nivel técnico, tuvieron una reunión relevante se verán con la nueva número uno del FMI, la búlgara Kristalina Georgieva, y con el número dos, David Lipton.

Si bien desde el equipo económico se busca bajar el tono a la necesidad de destrabar el envío del sexto desembolso por u$s 5400 millones, las reuniones seguirán con ese norte como objetivo.

El panorama no es muy alentador, los números de la evolución del PBI y de la inflación son peores que los previstos, pues el proyecto de Presupuesto presentado en el Congreso nacional contempla una suba de la actividad de 1% y una inflación de 34%.

Todo es de difícil cumplimiento, cualquiera sea el que asuma el 10 de diciembre…

En tanto no hay que perder de vista que es imprescindible una negociación urgente por la deuda, dado vencen US$ 23 mil millones en el inicio del próximo gobierno electo.

La economía en 2020 estará atada a cómo se resuelvan los pagos de esa suma, comprometidos entre enero y mayo. Una tarea contra reloj que tiene atentos a los mercados. Dice la periodista Mirta Fernández

El espectro del default sigue en el radar de los analistas cazafantasmas, que creen que hay riesgo de caer en cesación de pagos durante el primer semestre del 2020, por la concentración de vencimientos de deuda.

Según estimaciones privadas, son alrededor de US$ 23.000 millones. Un informe del Citigroup es más pesimista y advierte que “un incumplimiento podría ocurrir rápidamente” y añade que “para la Argentina, la historia sugiere que el riesgo es alto hasta fin de año”.

En tanto sumándose a la gran confusión y desconfianza son varios los economistas que no ven probable un default antes de fin de año, pero sí plantean que el próximo gobierno arrancará su gestión con escasas reservas, y con mercados cerrados al crédito, acecha el peligro de incumplimiento especialmente en el segundo trimestre, ya que en mayo hay vencimientos fuertes.

Por eso coinciden que el escenario ideal sería lograr una “rápida” renegociación de la deuda con los acreedores, pero para ello es “clave” lograr primero un acuerdo con el FMI.

Los inversores del exterior van a sumarse si la propuesta es buena pero antes que nada si el FMI sigue estando en el barco. No hay renegociación de deuda exitosa sin el FMI detrás.

Variables. ¿Hasta cuándo alcanzan las reservas? Dicen que de octubre a diciembre hay vencimientos de deuda por US$ 5.100 millones, y calculan que las reservas netas rondan ahora en US$ 12.000 millones, por lo que proyectan que el stock a fin de año quedaría entre US$ 7.500 y US$ 8.000 millones.

Por tanto, habrá que encarar el 2020 con reservas diminutas para hacer frente al pago de deudas, demanda de dólares para atesoramiento, para importaciones, y en el primer semestre hay un escenario de vencimientos complejo.

Si no hay acceso a fuentes de financiamiento, por ejemplo una parte del FMI, puede haber un evento concreto de default, y eso dependerá mucho de lo que haga el nuevo gobierno con un programa integral, si va a desdoblar el mercado de cambios, si pondrá más restricciones cambiarias”, algo que prevé podría “ocurrir incluso antes de fin de año”.

Un informe del estudio top del Dr Miguel Angel Broda indicó que “entre enero y mayo vencen servicios de la deuda por US$ 22.800 millones, de los cuales US$ 18.700 millones son con el sector privado, y Argentina no cuenta con recursos para honrarlos.

Esa concentración de vencimientos puede terminar llevando al país a un nuevo default antes de que se logre cerrar una propuesta de reestructuración.

En esa sintonía, puede decirse que el próximo gobierno recibirá una caja complicada; en la medida que las reservas siguen cayendo, si no hay acuerdo con los acreedores y Argentina no logra financiamiento fresco, en algún momento del segundo trimestre a más tardar existe la posibilidad de que no haya caja para afrontar pagos.

Un paliativo podría ser si consiguiera fondos de China o Rusia como algunos especulan: eso ampliará un poco la ventana de supervivencia de argentina, y un brusco cambio de política exterior, lo cual obviamente traerá consecuencias geopolíticas.

En concreto en 2020 la posibilidad de default es mucho más latente, en la primera mitad del año es más compleja la situación porque vencen todas las letras que fueron re perfiladas…

A ver si entendemos, sé que las cifras, los porcentajes son aburridos, pero no hay mejor forma para comprender, porqué estamos como estamos y que el populismo no fue una época tan gloriosa, aunque cabe decir que el liberalismo ahora tampoco tuvo éxitos, logró sincerar la economía, pero el viento de cola se cortó…

Con una economía, reciente cuatro años recesivos -2012, 2014, 2016 y 2018- y que, punta a punta, creció 0%. Poco se puede esperar… Otra vez, ni CFK, ni Macri., tiene nada de qué reírse, ni para festejar.

Según una serie histórica elaborada en la consultora del economista Orlando Ferreres, dice que la pobreza en los años 70 no superaba el 4%, en 1980 era del 8% y en 1985, del 16%.

El problema se hace evidente cuando hacia finales de los 80 los datos del Indec señalan que la pobreza ya era del 32% en 1988 y que llegó al 47% con la hiperinflación de 1989. Logró reducirse hasta el 16,8% en 1993, tras el inicio del régimen de convertibilidad.

Alcanzaría niveles catastróficos del 54,3% en 2002, para luego reducirse rápidamente y llegar al 26,9% en 2006 y hasta estos días, siempre fue más, nunca menos.

Que hoy estemos en el mismo punto que hace 30 años, pero duplicando la cifra, muestra a las claras la magnitud del problema, lo traumático que resulta y las enormes dificultades para resolverlo.

No es menos cierto que el país tiene una acuciante, dolorosa y muy preocupante fragilidad social que oscila desde hace muchos años entre el 25% y el 33% de sus ciudadanos bajo la línea de pobreza. Y particularmente el cristinismo no puede hacerse el distraído, Macri, hizo lo suyo, pero heredó casi un 30% escondido bajo la ausencia de estadísticas estigmatizantes según ellos.

¿la pregunta que vale es, si llegan al poder, volverán a intervenir el INDEC, para hacer de nuevo la mentira estadística como eje de gobierno?

No lo digo yo, sino que fue ayer ante una multitud en la Pampa, se terminó de confirmar, lo que era más que una especulación, dijo Alberto Fernández: «CF y yo somos lo mismo»

Lo que viene por delante, conforme el resultado del 27 de octubre, descubrirá, qué tipo de país queremos. Santa Cruz, ya decidió, se premió la gestión de Alicia Kirchner, por otros indiscutibles cuatro años más, todo lo que se comente o diga, contrasta con los votos, de miles de jubilados, maestros, policías, y empleados públicos, que se sumaron al resto de los ciudadanos de pie, negar esto sería tontería, que al menos desde Noticias en la Red, no se hará. 

Atención no es una cuestión de mostrarse conforme o no, se votó y esto es el contraste con lo que el ciudadano de a pie prefiere, o si se quiere de una mayoría, calificada que es lo que establece el sistema electoral que rige en la provincia.

Y para el caso del gobierno nacional de Cambiemos, hay que romper con el relato y la mentira, no es cierto, repito de ninguna manera se puede seguir utilizando como eje del discurso que la administración Macri, supuestamente tomaba medidas para el beneficio de los empresarios, frase que se usa desde el cristinismo como para desacreditar la legitimidad de origen del gobierno nacional.

La verdad, es la única realidad, por tercer año consecutivo los empresarios vieron venirse a tierra sus expectativas, ya que el 82% evaluó los últimos semestres como peor, respecto de lo esperado, mientras el 56% espera una caída de la inversión en su compañía, según la tradicional encuesta realizada por D’Alessio Irol, en el coloquio empresario y dirigencial de IDEA, y en cuanto a las perspectivas para el próximo semestre, solo el 31% de los consultados aguarda que será mejor.

La síntesis es contundente «La frustración de la expectativa es la característica saliente de esta encuesta y la caída de la inversión es la más alta de la serie»…

Esto y otros datos más, dan por tierra, la remanida frase que este gobierno era proclive a titulares de grandes grupos y empresarios. Los estudios que se realizan sobre sus opiniones, más sumados a las declaraciones públicas, indican, que lejos fue de haber sido un gobierno que se llevó bien con los empresarios

Caso diferente al cristinista que tiene bajo la lupa de la justicia a un centenar de empresarios que declararon haber coimeado y quedar bajo la protección de testigos arrepentidos… Claro de esto, ahora no se habla, porque puede volver el negocio.

No obstante me quedaré con estos últimos datos de la encuesta realizada a empresarios y dirigentes en el coloquio de IDEA: Consultados sobre las causas de los problemas de la Argentina, mencionan el déficit fiscal (70%), la falta de confianza (45%) y la ausencia de acuerdos entre las distintas fuerzas políticas (34%).

Nadie podrá envidiar al que resulte ser intendente de ciudad gótica, Río Gallegos, ni mucho menos al que llegue a ser presidente de la nación, a los que imaginan que lo que se viene será fácil y rápido de arreglar, puede volver a cometer el mismo error de voluntarismo e ingenuidad del gobierno de Cambiemos.

Hay que estar preparados, dado que puede ocurrir, que de la euforia inicial, terminada la luna de miel de gobernantes y gobernados, en unos meses aparece la desilusión nuevamente en todo el país.

Si el que resulta electo el 27 de octubre, esa misma noche no se sincera con la ciudadanía, sobre lo que se viene, tiene altas probabilidades de fracasar, mas, si erra el diagnóstico. No es magia lo que se viene, sino en todo caso, trabajo intenso, y abundancia de gente con capacidad e imaginación, para sortear lo que se viene en esta Argentina año 2020…

Que Dios nos ayude…

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