La salida es fácil, es sólo terminar con una utopía dice Miguel Angel Arrigoni, Contador Público, curso Ciencias Económicas, que posee un Máster en Ingeniería en Sistemas, y es docente en la UBA.
“La visión que se percibe desde el Gobierno nacional es muy parecida a la que tenían los funcionarios de la anterior administración. Ellos pensaban que no había forma de deshacer el “cepo cambiario”. Y era muchísimo más fácil de lo que se pensaba, se necesitaba entender un poco nomás.
Ahora enfrentamos otro “cepo”, esta vez ideológico, y un poco real: la tasa de interés (la que reciben los depositantes) tiene que ser positiva en términos de inflación. ¿Por qué? Los debates terminan en el «porque sí» o en «porque lo dice la Teoría Macroeconómica».
Pero entonces cómo se explica que sea negativa en Alemania, EEUU, Gran Bretaña, España, Inglaterra, Japón, etc. ¿Habrán leído de otros libros de economía?
Respetar el consumo como un elemento reactivante. Nos vamos de un extremo a otro. En la anterior administración, era el Norte, a punto tal de exagerar y sobrealimentar el mismo.
Ahora se manejan las autoridades sin darle casi importancia. Ni una ni otra cosa, pero el principal mercado de cada país de la tierra, es el mercado interno, esto no hay que olvidarlo jamás…
Pero todo nace de un principio: dejar las fantasías, ser diestros y olvidarse de la obsesión por reelección, de Macri y CF de convertirse en la líder de un movimiento mesiánico, con ella todo es posible, ni lo uno ni lo otro…
Todo vendrá solamente si se hacen las cosas bien. No las ganas una arquitecta seudo egipcia del barrio jardín de Rio Gallegos, ni un ingeniero experto en futbol, ni mucho menos con especialistas en trenzas políticas, que estuvieron con todos los gobiernos como Lavagna, en realidad. Se ganan «gobernando para el bien de todos», cuestión que hasta ahora nadie ha logrado hacer realidad…
Todos de una u otra forma se formulan el siguiente dilema, la Argentina «soportará 10 años de ajuste» cuando han transcurrido solo cuatro y todos viven protestando y están disconformes con el plan económico del gobierno nacional, pactado con el FMI.
La responsable del organismo internacional, dijo por estos días en su reunión en Washington, EE.UU que el caso argentino, es un proceso largo.
Será muy difícil, para este o cualquier gobierno que lo suceda en diciembre de este año, explicarle, que la sociedad lleva más de ocho años de retroceso, alta inflación y padecimientos, antes con CF y ahora con Macri, no soportará -cómo influyeron en Grecia- 10 años de ajuste, siguiendo las recetas del FMI.
Son muchos, varios, que dicen que hay otros caminos, pero nadie acierta a decir cómo y qué habría que hacer, por ahora todo es retórica, expresiones mediáticas, y mucho, pero mucho chamuyo…
A la hora de las responsabilidades y las equivocaciones, hay que recordar que el cálculo inicial del FMI y muchos de los economistas libertarios, proyectaba una inflación del 17% para 2019. Luego la levantó al 20,2% y finalmente al 30,2%: tres saltos, una diferencia o un error de 13,2 puntos porcentuales.
En concreto nadie acertó, ni el gobierno, ni la oposición, ni los técnicos, el error en todo caso es general.
Escribía el periodista Alcadio Ocaña. Probablemente haya nuevas correcciones y nuevas decepciones. Las cifras del primer cuatrimestre, abril incluido, podrían arrojar alrededor del 15% de inflación, la mitad de la última proyección del FMI consumida en apenas cuatro meses.
Y el más reciente de los relevamiento de expectativas que el Banco Central de la República Argentina, que realiza entre medio centenar de estudios privados, plantó un 36% anual. Todos tienen sus propios fundamentos, pero la economía sigue mal en la superficie, aunque esté mejorando en forma subterránea, lejos de los ojos y bolsillos del ciudadano de a pie.
Y todo el establishment se hacen la misma pregunta: ¿alcanzará para dar vuelta pronósticos de varias encuestas que según fotos de hoy muestran imágenes complicadas para Macri?.
Y como se temía, lamentablemente se confirmó la peor noticia. El INDEC de la República, el que no esconde estadísticas, indicó que los precios al consumidor (IPC) aumentaron 4,7% en marzo de 2019 respecto de febrero y acumularon un alza de 11,8% en el 1° trimestre de este año, y uno de los datos que marcó el desbarajuste es que los alimentos y bebidas subieron un 6%, la vestimenta 6,6% áreas sensibles, podría decirse imprescindibles, aunque para ser francos con los aumentos del combustible, para la región patagónica no se esperaba nada bueno, y así fue, un 4,3.
No estuvo entre las más altas, eso estuvo para noreste y noroeste que fluctuaron entre 5,1 y 4,9% y el el gran Bs As que midió 4,8%, demás está decir que el arrastre estadístico para este mes de abril, será muy fuerte, con lo cual no habría que sorprenderse por el índice de precios cuando termine este mes…
Solo queda la esperanza, que afloje. En tanto el Gobierno nacional oficializó las medidas con las que busca frenar la inflación e impulsar el consumo.
Esto incluye un acuerdo de precios sobre 60 productos esenciales. Y se moderarán las subas en tarifas, gas, luz, transportes, telefonía celular entre otras todas de competencia nacional hasta fin de año.
La pregunta forzada, sería ¿Por qué insistió con la misma receta durante tanto tiempo, y no se utilizo estas medidas antes? Podríamos apelar, a justificar por los factores internacionales, pero claramente, hubo mala praxis, y poca humildad para reconocer que se habían equivocado.
Parte del ajuste realizado es y será inevitable, la fiesta populista del cristinismo, hay que pagarla, seremos nosotros los ciudadanos de a pie, ellos, los k y su familia viven en otro mundo, donde la medicina está en Cuba, y los viajes de turismo que realiza CF, se repiten, ahora nuevamente lo hará…
El resto, se atenderá aquí en Río Gallegos, en consultorio móviles, o haciendo fila para un turno de un médico itinerante, y tal vez con suerte para recuperarse los lleven a los enfermitos a tomar un helado de fabricación local.
Cierto es que muchos la pasan mal, peor los números, cantan, la clase media sigue inexorablemente adelante. Una referencia relevante: en 2018 el 83% de los activos de los hogares argentinos estaban en dólares.
«Hoy ese número es de 93%». En otras palabras, se confirma el alto nivel de dolarización de los ahorros que, como contrapartida, tiene el hecho de que quedarían pocos pesos circulando para seguir comprando divisas.
El IPC del 4,7% de marzo, fue la sorpresa fue general a menos para el presidente Macri que había adelantado que el aumento del costo de vida había alcanzado un «pico».
Pero ese «pico» dejó descolocados a bancos y consultoras económicas que esperaban una inflación alta de 4% (ya en febrero había sido 3,8%) en residuo estadístico para abril, no será grato tampoco, aunque todos apuestan a que en mayo llegaría algo de tranquilidad.
En este escenario, la inflación en 2019 mostraría una desaceleración en torno al 40% anual en diciembre de 2019, obvio que no es un número nada halagador, para nadie, ni los que están, ni los que vendrán.
Decía el periodista Carlos Pagni en su columna.
“Todo esto está atravesado por otro vector que se llama CF. Al Gobierno le está pasando lo que le pasó al Gobierno de Alfonsín en el ’88.
Asustaron tanto con la posibilidad de que llegue Carlos Menem que eso les terminó de arruinar el Plan Primavera, que pretendía estabilizar la economía y controlar la inflación.
Este fenómeno se parece mucho al dilema que tiene hoy el Gobierno de cambiemos con CF, asustan con el miedo de que vuelva, pero los mismo que votan a Macri salen a comprar dólares y deterioran la economía, lo que reduce las posibilidades de que el Presidente sea reelecto, casi un absurdo, pero así está resultando.
De todos modos, sigue habiendo un grupo enorme de argentinos que en ningún caso la votaría y el Gobierno ve eso como un activo.
Ahora solo queda esperar, que este paquete de medidas, resulte, y el ciudadano, el jubilado, el pobre y el indigente vean que tiene un descanso, y los índices bajen.
Todo se rodea de una gran paradoja, la sociedad una vez más está en manos de los grandes supermercados, de las industrias alimenticias, los comerciantes, del almacenero, del vendedor de electrodomésticos, son ellos, solo ellos que deben cumplir con lo pactado, que es sencillamente dejar de remarcar por las dudas, si esto se cumple y sostiene en el tiempo, tendremos una oportunidad de salir adelante con pocos daños colaterales, si fracasa este plan, fracasamos todos los argentinos y solo quedaran los culpables oportunistas y golpistas de siempre, que no voy a nombrar, para no agrandar la grieta, pero que se han expresado ya públicamente, definitivamente ya demostraron que no pueden vivir en una República democrática, solo cuentan ellos y su régimen populista…
Que Dios nos ayude…