Un sueldo, un voto, la complicidad social, la connivencia gremial.

La cleptocracia del Griego clepto, robo y cracia, fuerza, gobierno de los ladrones. Es el establecimiento y el desarrollo del poder, basado en el robo de capital.

Institucionalizado, la corrupción y sus derivados como el nepotismo, el clientelismo político, y o peculado. De forma que estas acciones delictivas, quedan impunes, debido a que todos los componentes del poder, ejecutivo, legislativo y judicial, han sido corrompidos. En una tiranía de la cleptocracia, se sostiene por la fuerza.

Ahora bien, de qué manera se sustenta este tipo de gobiernos en sistemas democráticos, en los cuales, necesitan de la adhesión ciudadana, para lo cual se supone es forzoso emanar y mostrar virtudes.

Un gobierno de delincuentes no demanda convicciones, requiere complicidades, solo por medio de este vínculo los gobernantes se pueden sentir seguros. Pues la permanencia de un poder de un gobierno, que no convence, requiere del acompañamiento ciudadano por otras artes.

Es entonces que a nivel gubernamental, la honestidad, la capacidad, y la responsabilidad resultan un verdadero estorbo en un gobierno de bandidos. El kirchnerismo como emblema perfecto de la cleptocracia, ha dado muestras categóricas de deshacerse de funcionarios propios. Nada más por el hecho de haber dado muestras de honestidad, el propio Néstor Kirchner bautizó como rifle sanitario a tal procedimiento a tal procedimiento, de los que se ejecutarán cientos en la provincia y el país. Jueces, fiscales, funcionarios, magistrados, etcétera….

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